Conocemos a Luis Salvarezza desde que era un adolescente. Lo supimos siempre inquieto, curioso, casi febril, creativo, apasionado. Su carrera ha sido intensa y sus logros, destacados. Se ha incorporado a la cartografía de la cultura no sólo entrerriana sino nacional y últimamente ha ido hasta más allá de las fronteras de la Patria. De sus méritos hablan sus obras y otras voces más prestigiosas que lo han validado. Nuestra mirada hoy atraviesa otro campo: el de su asombro permanente, la búsqueda perpetua, esa luz encendida que le vimos brillar en los ojos siempre niños y alegres por las verdades y las novedades a las que iba accediendo tesoneramente, año a año. Sabemos que su concepto de identidad provincial se basa en el encuentro del otro, a quien intuye, respeta, atiende, entiende, perfila, alumbra y sostiene con sus juicios y sus prolijos señalamientos. De los hallazgos, supone el resultado de toda una carrera de investigación destinada a recuperar las voces que han sido consagradas y de legitimar aquellas que aún esperaban el amparo de una expresión sabrosa, para abandonar esos rincones que los tiempos, los hombres, los sucesos, o las incomprensiones (¿por qué no?) les habían tejido. Palabra poderosa en la literatura de la provincia, Luis Salvarezza se incorpora a este Programa de Identidad Entrerriana, para contribuir con nuevos nombres, sabidas creaturas y resonancias novísimas, a la construcción permanente, entrañable y siempre precaria del ser regional. Porque nuevos hallazgos esperan a los entrerrianos, todos los días... ¿Lo veremos dándonos cuenta de sus nuevos descubrimientos en próximas etapas? Creemos que sí. Lo conocemos. Laura Erpen Noviembre 2007